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Estados Unidos registró ayer un nuevo récord de más de 50.700 infecciones por coronavirus, según la universidad Johns Hopkins, mientras que el presidente Donald Trump, bajo creciente presión por la crisis sanitaria y en un año electoral, dijo que apoya el barbijo y que lo usaría, después de resistirse a hacerlo en público pese a las recomendaciones de su Gobierno.
El récord de las últimas 24 horas forma parte del mayor repunte nacional de contagios en dos meses, que comenzó a principios de la semana pasada y que ha obligado a una veintena de estados a frenar las reaperturas que habían iniciado al estabilizarse los números o incluso a dar marcha atrás con ellas, en algunos casos volviendo a imponer restricciones.
Estados Unidos, el país más golpeado por la pandemia, ya suma más de 2,68 millones de casos del nuevo coronavirus y un total de 128.062 muertes, según la base de datos de Johns Hopkins, que se actualiza de manera permanente.
Cinco estados batieron ayer sus récord diarios de casos: Texas (9.308), California (7263), Florida (6.563), Arizona (4.877) y Georgia (2.951).
Desde hace días, el país reporta un promedio de unos 40.000 casos por día, y el máximo epidemiólogo del gobierno, el doctor Anthony Fauci, dijo esta semana al Congreso que el número podría subir a 100.000 por día si no se cambia de rumbo.
Me puse una máscara. Y como que me gustó cómo me veía. Bien. Pensé que estaba bien. Era una máscara negro oscuro, y pensé que me veía bien. Me veía como El Llanero Solitario”
Trump
El aumento de los contagios, que afecta sobre todo a estados del sur y el oeste de Estados Unidos, ha sido achacado en gran parte, incluso por Fauci, al hecho de que la gente no usa tapabocas ni mantiene el distanciamiento social.
Muchos políticos demócratas y hasta algunos republicanos han dicho que la negativa de Trump a usar barbijos ha enviado el mensaje equivocado y que ha politizado la cuestión, de tal forma que utilizarlo o no se ha convertido en una señal de apoyo o rechazo al mandatario y se ha perdido de vista la importancia que tiene desde el punto de vista sanitario.
En un indicio de un giro sobre la cuestión, el mandatario dijo anoche en una entrevista con la cadena Fox que se puso un barbijo y que se vio parecido a El Llanero Solitario, y que eso le gustó y que no tendría problema en mostrase con uno en público.
«Apoyo las mascarillas, creo que las mascarillas son buenas», dijo, luego de que legisladores de su Partido Republicano le pidieran que usara barbijo en público para dar el ejemplo y terminar con la politización del tapabocas.
“Si estuviera en una situación de aglomeración, definitivamente lo haría», dijo Trump al ser consultado si usaría un barbijo en público.
Trump se ha resistido a ser fotografiado con una máscara.
A principios de abril, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos recomendó que la gente use tapabocas en lugares públicos o en aquellos donde sea difícil guardar la distancia social.
Trump desautorizó la sugerencia al decir de forma abierta que no las usaría, insinuando que no sería apropiado que el presidente se cubra el rostro cuando recibe a otros jefes de Estado.
Pero anoche cambió de libreto, y dijo: «Me puse una máscara. Y como que me gustó cómo me veía. Bien. Pensé que estaba bien. Era una máscara negro oscuro, y pensé que me veía bien».
«Me veía como El Llanero Solitario», agregó, en referencia a la famosa serie de televisión protagonizada por un vaquero texano que usa un antifaz negro.
“No tengo ningún problema con ello, y si a la gente le parece, entonces deberían hacerlo», agregó el mandatario republicano sobre el uso del barbijo.
Sobre el virus, Trump, que busca su reelección en noviembre, volvió a caracterizarlo como una molestia que espera que alguna vez termine.
“Creo que vamos a estar muy bien con el coronavirus. Creo que, en algún punto, va como a desaparecer, espero», dijo el presidente.
Sin embargo, los números parecen indicar otra cosa.
Luego de registrar su mayor repunte de contagios, California volvió a cerrar desde ayer bares, teatros y el interior de restaurantes.
El cierre de California, que llega justo antes de un fin de semana largo por el Día de la Independencia que muchos temen pueda potenciar los contagios, aplica a unos 30 millones de personas, incluyendo al Condado de Los Ángeles.
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