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Además de las políticas destinadas a disminuir el número de casos e incrementar la capacidad del sistema por medio de la inversión en infraestructura y personal, y considerando que las competencias de los profesionales no pueden incrementarse al mismo ritmo que el resto de los componentes de la respuesta sanitaria ante una situación crítica como la actual, es necesario contemplar la capacitación de médicos/as, enfermeros/as, kinesiólogos/as no intensivistas para que puedan colaborar en la atención de pacientes críticos.
De esta forma, si en condiciones habituales un médico/a de UCI atiende a 6 pacientes, incorporar bajo su supervisión a 4 médicos/as no intensivistas capacitados/as en cuidados críticos que atiendan a la misma cantidad de pacientes individualmente permitirá la atención de 24 pacientes. En el caso de enfermería, si un enfermero/a de UCI, que habitualmente se encuentra a cargo de 2 pacientes, supervisara a 4 enfermeros/as no UCI podría llegar a atender 8 pacientes. Esta relación también se aplica a kinesiólogos/as. Cada institución decidirá cuál es la proporción adecuada para hacer frente a su demanda.
En ese sentido, Fundación Trauma lanzó el Curso PARES (Preparación para el Aumento de la Respuesta del Equipo de Salud) para capacitar en cuidados críticos y organización de las instituciones sanitarias a más de 5.000 médicos/as enfermeros/as y kinesiólogos/as no intensivistas a través de un programa de becas destinado a ámbitos públicos y que se instrumentará en articulación con las autoridades sanitarias. El curso cuenta con el aval de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), la Academia Nacional de Medicina, y las direcciones nacionales de Talento Humano y Conocimiento y de Calidad en Servicios de Salud y Regulación Sanitaria del Ministerio de Salud de la Nación.
Experiencias internacionales similares pusieron de manifiesto que la capacitación es fundamental para la preparación del sistema de salud y que también puede desarrollarse en base a iniciativas de organizaciones civiles.
Creemos que la participación público-privada y la articulación entre organizaciones gubernamentales y no gubernamentales comprometidas con el sistema de salud facilitan la implementación de estrategias destinadas a mejorar la calidad de la atención para la salud de nuestra comunidad.
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