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El artista urbano cordobs Elin Chali presenta su intervencin «Plano inesperado» en el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, una obra de sitio especfico «que toma la forma de olas» de color rojo, amarillo y verde, a lo largo de 330 metros cuadrados de la fachada del edificio como accin dialgica en el espacio pblico entre el adentro y el afuera.
«Plano inesperado» surgi a partir una invitacin del Museo para realizar un proyecto especfico para su frente. En palabras de Victoria Noorthoorn, directora del museo, «fue invitado a disolver la fachada», que califica de «cuasi medieval, pesada, de ladrillo». El desafo fue transformar el frente «para que el adentro se convierta en el afuera y el afuera en el adentro», como una puesta en dilogo del acervo con la ciudad.
En el marco de esa consigna, otros artistas como Diana Aizenberg y Cotelito fueron invitados tambin desde octubre pasado a realizar proyectos en la reapertura tras un ao de pandemia. «El museo arriesga su propia comodidad al plantear esta intervencin», destac Chali durante una recorrida realizada hoy para la prensa.
El artista retoma la tradicin del arte urbano -graffiti y muralismo- como modo de expresin y disputa de las narrativas histricas que construyen las ciudades y determinan la circulacin de los cuerpos. Sus obras estn en ms de 30 ciudades alrededor del mundo y es autor del libro «Hbitat». A su vez, forma parte de un colectivo de identidades y corporalidades con diversidad funcional y/o discapacidad.
Su flamante obra, un mural de formas abstractas, geomtricas, de colores principalmente primarios, se despliega a lo largo de 330 metros cuadrados y hace aparecer un plano inesperado que siempre estuvo presente. Se trata de una intervencin que utiliza como lienzo a otra obra arquitectnica y realza una superficie que hasta entonces estaba en sombras.
Carla Barbero, curadora del museo y coordinadora del proyecto, estuvo trabajando desde mayo del ao pasado con el artista a la distancia, una experiencia en un momento de incertidumbre al que calific como «catico en el buen sentido de lo creativo. As como no sabamos que estaba sucediendo ni cmo se iban a desarrollar los eventos, tambin era un perodo de absoluta libertad».
Segn la curadora, la decisin de convocar a Chali estuvo relacionada con «la relacin bastante orgnica en el tipo de obra que Elin viene desarrollando, en repensar estos bordes visuales, arquitectnicos del museo y el afuera». Y acot: «A Elin le interesa particularmente trabajar con las historias de las ciudades, el urbanismo y el patrimonio».
Desde el trabajo formal, el artista cordobs utiliza una paleta de colores plenos y una abstraccin que identifica como «elstica» y que imprime una vitalidad diferente a esa fachada intervenida por el mural.
«Lo que ms me interesaba era que el museo se animara a meterse en problemas tambin, no salir indemne. Vamos a dialogar con una institucin dentro de otra institucin, la ciudad. Hasta dnde tensionar, no solamente desde lo tcnico y formal sino tambin desde lo conceptual», plante el artista.
«Qu es lo pasa cuando se interviene una fachada patrimonial, histrica, que ha pasado por mucho esfuerzo para ser revitalizada. Qu pasa cuando en su base le hacemos un gesto acupuntural y una pequea transformacin sin tocar lo intocable. En ese sentido me gusta pensar la historia de ciudades y quin las narra, cmo esa narrativa colonial, qu es lo que se puede hacer desde pequeos gestos para poner una voz propia o otra voz, a esa narrativa histrica que viene a representar la ciudad?», explic.
Ms all de la dicotoma pblico-privado, Chali asegur que le interesa «el adentro y el afuera» como metfora del acto de respirar: «La idea del adentro y el afuera nos localiza en la posibilidad de que la ciudad sea ms un cuerpo humano, casi como un sujeto que tenga su propia anatoma, ms que meras estructuras edilicias que habitan instituciones», remarc.
«Hay una tensin en intervenir esta fachada interna que me parece generosa del museo, y en parte como una idea cruzada porque habilita un espacio para una obra que antes no estaba. Un lugar muerto o con una funcin edilicia especfica puede ser un espacio expositivo, para construir una experiencia potica», agreg.
Acerca del «gesto acupuntural» explic que refiere a ese trabajo que realiza la acupuntura con la aguja que activa un msculo para que la sangre vuelva a circular, «un gesto noble para el cuerpo», segn defini.
«Me parece interesante que una pintura o intervencin en una obra ya existente como una fachada, que funciona como una hoja, irrigue sangre a este msculo que es el museo. En ese sentido un gesto pequeo pone en manifiesto el resto de lo gris. Si caminamos por la vereda de enfrente podemos ver que contrasta y revitaliza el resto del edificio. Eso es lo que quiero como artista, que esa pequea-gran intencin tiene que ver con poner de vuelta en funcionamiento, en oxigenar espacios que estn un poco secos», indic.
En esa dimensin de la circulacin de los cuerpos por las ciudades, una de sus obsesiones como artista, Chali entiende la ciudad como «territorio y plataforma para discutir, observar y participar», algo «fundamental porque el espacio pblico tiene esta tensin de que nos pertenece y no a la vez».
«La ciudad siempre es una plataforma conflictiva. La idea de esta narrativa sobre quin escribe la ciudad tambin selecciona qu cuerpos pueden habitar la ciudad, protestar, gozar, no solamente como instituciones de control» sino como las encargadas de pensar en trminos prcticos «cul es el el nivel de accesibilidad en la ciudad», analiz Chali.
«La experiencia performtica de habitar la ciudad, trabajar, estar en el momento ms vulnerable del proceso creativo, que es bastante vulnerable en el exterior, de algn modo va sincerando, construyendo un adentro que es otra subjetividad, en comparacin a esas subjetividades encerradas porque las ciudades no son accesibles. Hay una suerte de revancha, o en trminos ms crticos una suerte de venganza para habitar la ciudad», sostuvo.
La obra de autora compartida aunque con el «gesto autoral» e «identidad esttica marcada», no es un problema para el artista. «La idea de la propiedad intelectual est muy ligada a la propiedad privada, que es otro gran conflicto. En este caso es difcil que la obra sea intervenida porque est bajo techo y con rejas delante. Pero cuando trabajo en el espacio pblico, que es realmente en la calle, el riesgo de que suceda una obra derivada est al minuto de ser terminada e incluso en el proceso», seal.
Chali relata que en Crdoba trabaja con un grupo sin el cual no slo no podra hacer la obra a nivel formal y fsico por las dimensiones -le gusta trabajar obras grandes-, sino tambin por el acompaamiento y sostn. «La idea de sostn no es algo cerrado, las personas discapacitadas aprendemos mucho sobre la interdependencia y el apoyo mutuo. Ah hay un reconocimiento poltico interno y al grupo», asegur.
«Que el museo haya invitado a una persona con diversidad funcional es todo un gesto, porque al igual que la diversidad sexual que ahora est muy en agenda, entre las personas con diversidad funcional hay muchos artistas que son borrados tambin o son negados a los espacios culturales», remarc.
La obra est protegida por las rejas, sobre una pared de un espacio usado en algn momento como trnsito para la accesibilidad al edificio de personas con discapacidad motora. Como una «hoja en blanco» de una obra realizada por otros, que se reescribe desde la intervencin.
«La reja un poco lo contiene y preserva de alguna implicancia climtica o que sea intervenida por otra persona, si bien me parece un riesgo, pero la idea de trabajar sobre el museo me parece un riesgo mucho mayor. La reja no tiene demasiada relevancia; para aclarar un tema que es bastante polmico, porque me parece que la propia intervencin del museo ya es suficientemente crtica, tensa», afirm Chali.
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