[ad_1]
El teletrabajo como una realidad que se sum a los desafos que acarre la pandemia.
El derecho a desconexión, que nos pone a la vanguardia de la región dando un nuevo derecho laboral en nuestra legislación, tiene una particular dimensión de género: son ellas las menos propensas a poder responder demandas de empleadores abusivos fuera del horario de trabajo, siendo esto percibido como falta de compromiso laboral. No solo eso, sino que el no ser contactado fuera de horario es recuperar la soberanía del tiempo libre, ayudando a que las familias puedan organizarse mejor hacia adentro de los hogares en la corresponsabilidad de las tareas de cuidado.
Más allá de las controversias y demandas empresariales, estaba la otra cara: el miedo de los sindicatos a que el modelo sea más precarización, fraude laboral y dificultades en la sindicalización.
Hace unos días se reglamentó la ley y muchos artículos quedaron fuera. En algunos trata de conciliar la visión empresaria con la sindical. Se nota que se han cedido algunos espacios para poder abrir el juego a un diálogo entre los trabajadores, a través de su representación sindical, y el empresariado.
Lo cierto es que la ley lo que hizo es fijar un piso mínimo. Pero siempre se trató de poner al sindicalismo como protagonista para que sean los gremios, teniendo en cuenta las particularidades sectoriales y coyunturales de cada de cada sector de la economía, los que determinen cómo regular el teletrabajo en cada sector. En este sentido, la reglamentación sigue en línea con la ley. Queda la puerta abierta a que la negociación colectiva y el diálogo social -tan saludables y positivos en nuestro país, sean los que tengan la última palabra respecto de qué se entiende por la modalidad teletrabajo.
Seguramente e indudablemente podríamos haber ganado así como también perdido más derechos. Pero lo importante es que tenemos una ley que trata de regular y de poner las reglas de juego en la cancha, que nos pone ante el desafío de establecer cómo vamos a jugar a esta modalidad de teletrabajo. Y ahora se abre el juego a la negociación colectiva y la capacidad de negociación de los sindicatos viendo cuánto del teletrabajo va a quedar post-pandemia en cada sector.
[ad_2]
Source link